Un 30 de abril prolongado

Cada año, el 30 de abril, nos hacemos la invitación a dejar salir al niño o la niña que llevamos dentro. Como he andado un poco desconectada de las redes sociales en estos últimos días, no tuve oportunidad de recordárselos, pero ni falta que les ha de haber hecho, al menos eso espero.

Desde el jueves ya festejaba yo con el primer dulce que cayó en mis manos: una paletita. Claro que las golosinas las relaciono con mi niñez… y con mi adolescencia, con mi juventud, con mi adultez y seguramente también lo haré en cuanto lleguen los años de la vejez, donde peine o despeine canas (es más viable la segunda opción, porque se me da con un enorme trabajo mantener a esas rebeldes hebras, llamadas cabellos, en su lugar).

Y como el festejo llegó ahora en un fin de semana laaargo largo debido a los días de asueto en el colegio, hubo chance de divertirse bastante, bien y bonito.

El día previo dejamos volar la imaginación escuchando a un grupo de cuenteros. No faltó la sonrisa por aquí, el recuerdo por acá, el azoro por acullá. Con cada cuento se lanzaba mi niña a la carga, y no tanto por la temática, porque esa estuvo bien repartida para todas las edades (hasta colorados hubo), sino por el talento para lograr la atención juguetona.

El mero día, aun cuando mi hijo da claras muestras de haber dejado atrás esa tierna edad, hicimos de todo un poco para recordarnos lo benéfico que es guardar, aunque sea un asomo de ello. Comimos dulces, jugamos juegos de mesa, bromeamos lo suficiente, nos agasajamos con unas ricas hamburguesas y terminamos el día en el cine. La película no era para niños, pero no podíamos dejar pasar la tan esperada llegada de “The Avengers” (Los vengadores). ¿Me creerían si les digo que durante todo un año, mi hijo fue tachando cada casilla en el calendario para saber cuánto faltaba? Eso es lo que yo llamo esperar con verdadero deseo una película ¿cómo no unirme entonces a la ilusión de verla? La disfrutamos más que mucho, muchísimo; hasta podría decir que me empiezo a volver fan de las películas de superhéroes.

De niña recuerdo que me gustaba ver las caricaturas del Hombre Araña, los Cuatro Fantásticos, Birdman y la Liga de la Justicia, pero nada fuera de lo común ¿eh? Mis preferencias andaban en otro tipo de dibujos animados, no obstante les hacía un huequito a estas que menciono y también las disfrutaba.

Y, bueno, ya terminó el festejo, ya le di su abrazo apretado a mi niña interior, compartí con mi hijo que todavía se lleva de maravilla con su niño interior y el de los que lo rodean, y ahora toca realizar las actividades del día a día con toda la responsabilidad de un adulto, pero con el brillo en la mirada y la frescura y creatividad de la pequeña que juega desde muy adentro de mí… esa que sale bastante a menudo para fortuna mía.

Espero que todos hayan pasado un estupendo día.